Beber vino (con moderación…) puede ofrecer beneficios a la salud

Siempre nos han dicho que beber vino puede beneficiar nuestra salud. Muchos aceptan esta realidad y consumen vino frecuentemente, otros se olvidan que los beneficios de salud provienen del consumo moderado de esta deliciosa bebida, algo así como uno o dos vasos de cuatro onzas al día.

Por supuesto, un vino de calidad también hace la diferencia. No es lo mismo consumir un vino económico del cual se desconoce su procedencia, que gastar un poquito más de dinero por una botella de buena cava. Sin duda alguna, cuando se bebe un vino de calidad se garantiza el consumo de un producto bien fabricado, sin riesgos de adulteración.

En primer lugar, uno de los beneficios más destacados del consumo moderado de vino es la longevidad. Según estudios los bebedores de vino tienen una tasa de mortalidad 34 % más baja que los bebedores de cerveza u otros licores. Igualmente, esta bebida ayuda a reducir el riesgo de ataques cardiacos, de tal manera, las personas que beben vino frecuentemente pero con moderación y que además sufren de una presión arterial alta, son 30 % menos propensos a tener un ataque al corazón que los no bebedores.

Así mismo, el consumo de vino tinto (propiamente hablando) reduce los riesgos de padecer ciertas enfermedades cardiacas, ya que su contenido rico en taninos condensados ofrece una protección extra contra las enfermedades del corazón. Según su origen, es posible encontrar vinos tintos con mayor concentración de taninos condensados que otros.

En otro aspecto, también puede resultar muy beneficioso para salud consumir vino orgánico. El vino de este tipo es producido sin contaminantes, desde la siembra de la vid hasta el proceso de transformación en esta popular bebida. En consecuencia, un consumo moderado de vino de origen orgánico puede reducir el riesgo de padecer de diabetes tipo 2, ya que se consume un producto natural, sin conservantes.

No hay que olvidar que el vino tinto, especialmente, contiene antioxidantes. Además de Resveratrol, el vino tinto contiene una serie de otros antioxidantes, que aparte de retrasar los signos de envejecimiento y de una serie de enfermedades prevenibles, como la mencionada diabetes tipo 2 degenerativa; el consumo de una o dos copas al día puede ayudar a protegerse de enfermedades que llegan con la edad, como la osteoporosis.

Por último, y no menos importante, el consumo frecuente y moderado de vino es un gran aliado en la prevención del cáncer. Los antioxidantes que se encuentran en el vino ayudan en la prevención del daño oxidativo responsable del proceso de envejecimiento y de enfermedades degenerativas como el Alzheimer. La Quercetina, uno de los muchos antioxidantes en el vino, ayuda con el cáncer de pulmón y así mismo, el Resveratrol, otro antioxidante presente en el vino protege el corazón y elimina las células cancerosas presentes en el cuerpo.

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